Historia de los Medios de Comunicación Social en Venezuela

El proceso de comunicación se refiere al acto de interacción humana en el cual se produce una emisión-percepción de mensajes, reservándose como condición esencial para su materialización, el que los sujetos participantes en éste puedan intercambiar durante su desarrollo los roles de emisor y perceptor.

Tal definición es imprescindible asociarla y confrontarla con el surgimiento posterior de los términos «comunicación social» y especialmente «medios de comunicación social», acuñados en función de la complejización e institucionalización de la imprenta, el cine y de los canales radioeléctricos tales como la radio y la televisión.

El crecimiento y alcance de éstos acentuó su capacidad para transmitir información y estimular la formación de criterios ideológicos, razón por la cual han sido considerados como herramienta básica en la consecución de objetivos políticos, económicos y sociales.

Al respecto, se entiende que la comunicación social trasciende la frontera de lo personal, esto es, se produce, cuando un mensaje es enviado a una gran cantidad de personas (conceptos de audiencia, masas, público), y probablemente sea el teatro la única actividad pública en la cual, tradicionalmente, se haya establecido dicha relación comunicacional (la representación como emisor, el aplauso -o no- como respuesta).

La prensa, el cine, la radio y la televisión, dada la utilización de canales artificiales que impiden la transmisión recíproca de los mensajes, pasan a ser entonces «medios de información» o de «difusión masiva», aun cuando algunos investigadores sostienen que éstos son instrumentos que propician una «comunicación unidireccional».

Hoy día estos medios pueden ser considerados «tradicionales», pues con la aparición de la informática y la difusión por satélite, la realidad de los medios de comunicación social se hace más compleja, al punto que esa clasificación se torna conservadora. Se habla en estos momentos de realidades multimediáticas que no son más que la interrelación de los medios tradicionales (prensa, radio, cine y televisión) con la presencia de los satélites, la informática y la hibridación de ambas que es la telemática.

Los Primeros Inicios

La introducción de los medios de comunicación social en Venezuela se inicia en firme con la llegada a Caracas, en septiembre de 1808, de la imprenta traída desde la isla de Trinidad (entonces posesión británica) por los artesanos ingleses Matthew Gallagher y James Lamb, debido a una iniciativa del gobernador y capitán general interino, Juan de Casas.

El primer periódico salido de esa imprenta fue la Gazeta de Caracas, aparecida el 24 de octubre de 1808, cuyo redactor era Andrés Bello. Hubo algunos intentos anteriores para introducir la imprenta en Caracas, a partir de 1790, y también el Precursor Francisco de Miranda traía una a bordo del Leander durante su expedición de 1806.

En la isla de Trinidad (cuando todavía era posesión española y una de las provincias incorporadas a la capitanía general y Real Audiencia de Caracas) había circulado a partir de agosto de 1789 un periódico bilingüe, redactado en francés y español, titulado Courier de la Trinité Espagnole (Correo de la Trinidad Española), el cual fue suspendido por el gobernador José María Chacón en enero de 1790.

También llegaban a Venezuela, aunque esporádicamente, periódicos publicados en otros lugares, como la Gaceta de Madrid. El historiador José de Oviedo y Baños, por ejemplo, tenía en su biblioteca de Caracas, hacia 1730, ejemplares de la Gaceta de México y de la Gaceta de Amsterdam. Y en diciembre de 1789 el gobernador y capitán general, Juan Guillelmi, informa a la Corte de Madrid que «…ha entrado a esta Tierra Firme una multitud de gacetas, diarios y suplementos de sucesos de París…», refiriéndose a la Revolución Francesa.

La Gazeta de Caracas, primer periódico producido e impreso en el actual territorio venezolano, duró, aunque con algunas interrupciones, desde el 24 de octubre de 1808 hasta el 3 de enero de 1822, reflejando alternativamente los puntos de vista contrapuestos de los realistas o republicanos que ejercieron el poder en Caracas durante la guerra de la Independencia. De 1808 a 1814 su título era Gazeta de Caracas y a partir de 1815, Gaceta de Caracas. La imprenta, y con ella los órganos de prensa, se extendieron a Cumaná (1811), Valencia (1812), Angostura-Ciudad Bolívar (1817-1818), Maracaibo (1821) y posteriormente a muchas otras poblaciones de Venezuela.

Generalmente, los periódicos de las primeras décadas eran semanarios y constaban de 4 a 8 páginas, aunque hubo también revistas de frecuencia más espaciada y mayor extensión. A fines de la década de 1830 empezaron a circular algunos diarios de breve duración, y a comienzos de los años 1850 se afirmó este tipo de periódico cotidiano.

La prensa ilustrada da sus primeros pasos en la década de 1840, con grabados y litografías, pero sólo adquiere gran impulso hacia fines del siglo XIX gracias a la generalización del fotograbado. Los talleres evolucionan a partir de los iniciales, del tipo artesanal, donde todo el trabajo, tanto la composición como el entintado, la impresión y el doblaje se realizan manualmente.

A finales de la década de 1850 se utiliza ya el vapor para las máquinas de impresión (aunque la composición continúa realizándose a mano) y luego aparecen talleres más vastos, industriales, como el de Fausto Teodoro de Aldrey en la Caracas del período guzmancista (1870-1888). Desde fines del siglo XIX el proceso se tecnifica con el fotograbado, el monotipo, el linotipo y el uso de la electricidad como fuerza motriz.

En el siglo XX

Ya bien entrado el siglo XX, aparecen los grandes rotativos de las décadas de 1940-1950 y los más recientes procedimientos offset, la fotocomposición y la aplicación de la computadora a la elaboración de los periódicos. Al mismo tiempo, del pequeño o mediano periódico de opinión de frecuencia semanal, publicado o controlado por los poderes públicos (casos de la Gaceta de Caracas de 1808-1822, o del Correo del Orinoco en Angostura de 1818-1822), o que representa el sentir de un reducido núcleo de intelectuales (Semanario de Caracas, de 1810-1811) o es portavoz de un grupo de presión (El Colombiano, Caracas, 1823-1826) o de un partido político (El Venezolano, Caracas, 1840-1846, o La Prensa, Caracas, 1847-1848) se va pasando insensiblemente, sin que por ello desaparezcan las modalidades antes enunciadas, a periódicos más orientados hacia la información como Diario de Avisos y Semanario de las Provincias (Caracas, 1850-1861), La Opinión Nacional (Caracas, 1868-1890), si bien este último se halla vinculado ideológicamente al guzmancismo.

La llegada del cable submarino a las costas venezolanas en la década de 1890 agiliza la recepción de informaciones del exterior. Con las primeras grandes revistas gráficas (El Zulia Ilustrado, Maracaibo, 1888-1891, o El Cojo Ilustrado, Caracas, 1892-1915) y periódicos como La Religión, aparecido en Caracas en 1890, que une la condición de diario católico con la de órgano informativo, se llega, con El Universal, de Caracas (1909) y con Panorama, de Maracaibo (1914), a la época de los grandes diarios informativos de la actualidad, entre los cuales figuran, además de los nombrados, Últimas Noticias (Caracas, 1941), El Nacional, (Caracas, 1943), El Mundo, (Caracas, 1958), 2001, (Caracas, 1973) y El Diario de Caracas (1979).

Su base de sustentación económica, como en los demás medios de comunicación contemporáneos, se halla en la publicidad, que si bien existió desde el principio (ya en la Gaceta de Caracas había avisos), sólo adquirió un papel preponderante a partir de las primeras décadas del siglo XX.

Desde 1936 y hasta alrededor de 1950 se produjo un renacimiento de la prensa políticamente orientada, con voceros de movimientos o de partidos políticos como los periódicos Orve, Ahora, El País, El Gráfico, Tribuna Popular, entre muchos otros, que eran en ciertos casos, a la vez, informativos; luego, hasta 1958, la prensa política desapareció o se hizo clandestina, y si bien después de ese año aparecieron nuevos periódicos o continuó alguno de los anteriores hasta bien entrada la década de 1980, para luego también desaparecer por los altos costos de impresión y del papel periódico (como en el caso de Tribuna Popular).

Finales de los años 90

En cambio, en las últimas décadas han aumentado considerablemente en número y en variedad, las revistas, muchas de ellas ilustradas, tanto de información general como especializadas, a las cuales pueden asimilarse en cierto modo los fascículos o historietas, que empiezan ya a ser elaborados en el país. La prensa venezolana ha ido adaptándose paulatinamente al empleo de nuevas tecnologías para la optimización de sus procesos de recepción, redacción y diagramación de informaciones; así Panorama fue el primer diario cuyo personal de redacción escribió en computadoras en 1991 (y tiene además la rotativa más moderna de América Latina), La Columna fue el primer periódico en emplear microcomputadores personales en 1989, El Nacional el primero en conectarse con la red internacional de información Internet y en colocar a disposición una edición electrónica (on line) y Noti-Express, el primer periódico nacido precisamente on line. Durante casi un siglo, los productos de la imprenta, semanarios, diarios y revistas (a los que habría que agregar las hojas sueltas como las proclamas, bandos, manifiestos, etc.), fueron los únicos medios de comunicación social venezolanos.

El Cine como Medio de Comunicación

En cuanto al cine, considerado también como medio de difusión masiva, aun cuando en Venezuela no tiene las características de industria, compartió desde sus inicios una doble función a través de los géneros documental y ficción. Trece meses después de la invención de este nuevo medio, se realiza en Venezuela (1897) la primera función cinematográfica en el teatro Baralt de Maracaibo, donde se exhibieron varios cortos del precursor Manuel Trujillo Durán, titulados Muchachas bañándose en la laguna de Maracaibo y Un especialista sacando muelas en el Gran Hotel Europa.

Pese a que el cine se integraba con facilidad a distintas ciudades (Caracas, Valencia, La Guaira, Puerto Cabello, Barquisimeto, San Cristóbal, etc.) con proyección de filmes extranjeros, la producción nacional avanzó muy lentamente. Durante los gobiernos de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, esta actividad fue altamente valorada por su cualidad propagandística y de allí el repunte de producciones documentales sobre actos oficiales, destacándose los trabajos de Enrique Zimmerman.

Hacia 1924 el drama ingresa como género al cine nacional a través de la iniciativa del pionero Édgar Anzola, quien filma una versión de La treparadora, basada en la novela de Rómulo Gallegos. Otros nombres claves en esta etapa incipiente son Amábilis Cordero, Efraín Gómez, Fini Veracoechea, Napoleón Ordosgoiti y Rafael Rivero, quien dio el paso del cine silente al sonoro en el país, en 1936, con el cortometraje Taboga, realizándose seguidamente el primer largometraje con sonido El rompimiento de Antonio Delgado (97 minutos) basada en la pieza teatral homónima de Rafael Guinand. Esta fase da inicio también a la realización de suplementos y revistas cinematográficas, antecesoras de los noticiarios de cine actuales (establecidos después con Tiuna Films en 1952, Bolívar Films, 1958 -circuito Cinesa-, y Orinoco Films del circuito Radonsky).

Entre 1900 y 1940, paralelo al crecimiento urbano, va configurándose un circuito integrado de cines adaptados al cambio. Es un período donde la producción nacional (adaptaciones literarias, épicas, la comedia, el drama) obtiene un impulso notable. Entre 1940 y 1950 las realizaciones comprenden también el intercambio y la cooperación con México y Argentina, y se impone un star-system nacional con grandes estrellas del cine venezolano (Héctor Monteverde, Juana Sujo, Lallá Gil, América Alonso, Alfredo Sadel, Hilda Vera, Margot Antillano, etc.). Las salas de cine (de primera y segunda semana, de acuerdo con la importancia de la zona) alcanzan para 1957 un total de 80 armónicamente integradas a la vida diaria de las parroquias y urbanizaciones.

La Televisión VS. El Cine

En la década de 1950, momento mismo en que aparecía la televisión en Venezuela, el cine era una de las diversiones predilectas del venezolano, al menos del caraqueño. Jesús María Aguirre, investigador venezolano de la comunicación, acudiendo a cifras nos dará una visión de la certeza de esa afirmación. «A mediados del siglo -nos apunta-, antes de que la competencia televisiva dispersara los públicos fieles al cine y surgieran el videograbador o las nuevas hidras multimedia, el cine llegó a ser un hecho de cultura central como puede verse por estos datos extraídos del Ministerio de Fomento para 1956, que nos muestran una situación epocal: el teatro con 1.510 funciones para 105.000 espectadores recaudó Bs. 10.000.000; el béisbol con 233 partidos, siendo ya un deporte de masas, congregó a 925.000 fanáticos con una taquilla de Bs. 6.000.000; las carreras de caballos con 152 jornadas acapararon la atención de 82.000 espectadores, que dejaron más de Bs. 2.000.000 por las entradas; por fin, el cine con 212.860 exhibiciones, superando la cifra de 41.000.000 de espectadores, rebasó los 65.000.000 por concepto de recaudación en taquilla, el 65% del bolívar dedicado a diversión era para el cine».

En cuanto a contenido se aprecian 4 grandes momentos en la cinematografía venezolana: finales de los años 50 y principios de los 60, cine de autor: La escalinata, de César Henríquez, Araya de Margot Benacerraf y Caín adolescente ópera prima de Román Chalbaud; años 70, eminentemente social: Cuando quiero llorar no lloro, La quema de Judas, El pez que fuma, Soy un delincuente; década 1980: notable estancamiento con temáticas disímiles y pocos aciertos a nivel de propuestas autorales, salvo excepciones como Oriana, La muerte insiste; y años 90 el nuevo cine venezolano, con propuestas argumentales novedosas y un elevado tratamiento estético: La oveja negra, Sueño en el abismo, Tierna es la noche, Disparen a matar, Golpes a mi puerta, Sicario.

A pesar del repunte cualitativo del cine nacional y de la creación del Centro Nacional Autónomo de Cinematografía (CNAC) -institución que aplica una nueva gerencia para fomentar la producción en cine y mejorar su distribución-, los autores venezolanos buscan otros espacios para exhibir sus producciones, y continúan apelando a los festivales internacionales para poder tener acceso a las salas del país (las cuales siguen disminuyendo en número. De 900 y 700 en 1992 y 1984, repectivamente, en 1995, el país cuenta apenas con 200 salas) en momentos cuando el video avanza vertiginosamente como medio alternativo de creación y difusión, configurando un lenguaje propio en los géneros documental, ficción y comunitario. La publicidad para fines de la década de 1990, se impone como área de trabajo principal en cuanto a realización cinematográfica se refiere.

La Radio en Venezuela

Durante el gobierno de Juan Vicente Gómez se inician en Venezuela las transmisiones radiofónicas, con lo cual la radio viene a sumarse en 1926 a la prensa (existente desde 1808) y al cine (desde 1897) como medio de comunicación social. Los promotores de la primera emisora, llamada AYRE (o Broadcasting Central de Caracas) fueron Luis Roberto Scholtz y Alfredo Möller, quienes contaban con el apoyo del coronel Arturo Santana, edecán del general José Vicente Gómez, hijo del gobernante.

El 25 de septiembre de 1925 obtuvieron el permiso oficial que prácticamente les concedía no sólo el monopolio de las transmisiones, sino el de la venta de receptores, y constituyeron la Empresa Venezolana de Radiotelefonía, que tenía en su directiva a prominentes miembros del régimen. La primera emisión se realizó el 23 de mayo de 1926 desde Caracas y fue oída también en varias poblaciones del interior. La empresa creó un servicio de información radiotelegráfica para los periódicos venezolanos, que competía con el Cable Francés. Pero a raíz de los sucesos políticos de abril de 1928 y de la destitución de José Vicente Gómez por su padre, AYRE fue clausurada. La segunda emisora pública (pues de 1928 a 1930 hubo varios intentos experimentales de radioaficionados) fue la Broadcasting Caracas, fundada por Édgar J. Anzola, William H. Phelps, Ricardo Espina y Alberto López, que inició sus actividades el 9 de diciembre de 1930 y a partir de 1936 se llamó Radio Caracas.

La siguen otras más como la Radiodifusora Venezuela (1932), Radio Libertador (c. 1932), la Voz de Carabobo (1935) y Ondas Populares (1935), hasta la muerte de Juan Vicente Gómez. El presidente Eleazar López Contreras, su sucesor, se vale de la radio en ciertas oportunidades para transmitir sus mensajes, entre ellos el Programa de Febrero (1936); el 29 de julio de ese mismo año crea la Dirección General de Servicios de Radiotelefonía y de Radiodifusión, que da origen a la actual Radio Nacional, cuyas actividades se incrementaron a partir de 1945.

En 1936 se funda en Maracaibo Ondas del Lago, y durante la década de 1940 se establecen numerosas emisoras tanto en la capital como en muchas poblaciones del país. Los noticieros, los programas culturales y de entretenimiento, la música y la política (en 1947 se transmiten los debates de la Asamblea Nacional Constituyente) alternan con la publicidad, que se ha convertido desde los años 1930 en el sostén económico de este medio. En 1975, mediante el esfuerzo de un grupo de venezolanos encabezados por Humberto Peñaloza, es creada la primera Emisora Cultural de Caracas, la cual opera en frecuencia modulada (FM), bajo la dirección de Alfredo Gerbes.

El panorama es bien distinto hoy día a los inicios, desarrollo y consolidación del medio radial en Venezuela. La situación cambia abruptamente, aun a pesar de mantenerse el mismo esquema de estructura de propiedad de la radiodifusión en amplitud modulada (AM), con la promulgación del Reglamento en Frecuencia Modulada (FM), el 28 de noviembre de 1983 y la apertura de concesiones para esa frecuencia 5 años más tarde (1988).

En estos momentos el país cuenta con 195 emisoras AM y 113 emisoras en FM. En su inmensa mayoría son de propiedad privada, contando el Estado venezolano con apenas 2 emisoras, una en AM y otra en FM, es decir, la Radio Nacional de Venezuela que opera en ambas frecuencias al estilo de 2 programas. En el espectro de las emisoras de FM se prevé para los próximos años un incremento considerable. En casi todas las emisoras comerciales, sin excepción, se ha impuesto el modelo de música predominantemente extranjera y de corte juvenil, informativos y programas de opinión.

Mientras el medio radial se hallaba en pleno proceso de desarrollo, irrumpe en Venezuela un nuevo medio con la emisión inaugural de la televisora del Estado venezolano (Canal 5) situada en Caracas, el 22 de noviembre de 1952, en presencia de la Junta de Gobierno que presidía Germán Suárez Flamerich, aunque la programación regular sólo se inició el 1 de enero de 1953.

La segunda emisora, ya de carácter privado, fue Televisa, fundada también en Caracas por Gonzalo Veloz Mancera, que salió al aire el 1 de junio de 1953. Muy poco después, el 8 de octubre del mismo año, inició sus transmisiones Radio Caracas Televisión (Canal 7 al principio, que luego pasó al Canal 2), originada en la radiodifusora del mismo nombre (Radio Caracas) que existía desde 1930. Otras emisoras creadas desde mediados de la década de 1950 en Maracaibo y en Valencia, tuvieron corta duración.

En 1960 Diego Cisneros adquirió los derechos de Televisa, que había dejado de funcionar poco antes, y en 1961 salió al aire Venevisión (Canal 4). En agosto de 1964 empezó sus emisiones desde Caracas un nuevo canal, el 8, Cadena Venezolana de Televisión, también propiedad privada, que 10 años más tarde, en agosto de 1974, pasó a ser propiedad del Estado venezolano -el cual contó así con 2 canales (el 5 y el 8)-, la que a partir de 1976 pasó a llamarse Venezolana de Televisión.

Durante 2 años, de comienzos de 1966 a comienzos de 1968, había estado activa en Caracas otra estación (Canal 11) fundada por Amable y Ricardo Espina. Desde antes de 1970 se hacían ensayos a fin de introducir las transmisiones en color, que fueron una realidad a partir de diciembre de 1980. La inauguración en noviembre de 1970 de la estación rastreadora de Camatagua había facilitado la recepción de programas originados en remotas regiones del mundo.

La concentración de los canales de televisión en Caracas y la elaboración de sus mensajes centrados en atender lo que en ésta sucede, motivó a las regiones a emprender iniciativas que les permitieran instalar televisoras de servicio público (luego responderían a criterios económicos) de acuerdo con sus necesidades. Así el proceso de descentralización política venezolano iniciado a finales de la década de 1980, ya había comenzado culturalmente más de 10 años antes. Teleboconó (1976) fue el pionero en cuanto a televisoras regionales, con una cobertura que se fue incrementando hasta llegar a todo el estado Trujillo y regiones aledañas.

Le siguieron la Televisora Andina de Mérida (1982), Amavisión (1984) en el estado Amazonas; Niños Cantores del Zulia (1987), en el estado Zulia; Telecaribe (1989) para Nueva Esparta, Sucre y Anzoátegui; Televisora Regional del Táchira (1989) hacia los Andes venezolanos y parte de Colombia; Telecentro (1990) que cubre Lara, Yaracuy y Portuguesa; ZUTV (1990) también en el Zulia; Telesol (1991) de Cumaná; NCTV Carabobo (1992) que también llega a los estados Aragua y Cojedes, TVS (1994) que cubre también estos 3 estados; TV Guayana (1993); Telecolor (1995) en Maracaibo.

A nivel nacional inició sus transmisiones en 1988, Televen (único en enviar señal vía satélite y con transmisiones para América Latina a través del canal por cable SUR). Es de destacar a nivel audiovisual, que además de la multiplicación de señales locales en la mayoría de los estados venezolanos, también debe mencionarse, en primer término, la instalación de canales por cable (con decodificadores) siendo la primera Omnivisión (1980) seguida por Cablevisión, aun cuando ambas se sirven de antenas para la transmisión de señales, siendo Supercable y Cabletel los primeros canales genuinos en este sistema.

En segundo lugar se encuentran los medios televisivos en señal UHF (aún cuando buen número de televisoras regionales transmite en esa banda) en Caracas. El primero de ellos en establecerse en la capital fue CMT (1994), a lo cual siguió el anuncio reiterado de la apertura de nuevas señales (abortada la mayoría a raíz del cierre e intervención en cadena de un elevado número de Bancos venezolanos), materilizándose únicamente la de Globovisión (a finales de ese mismo año), con programación eminentemente informativa. Finalmente debe mencionarse la toma de conciencia de la sociedad civil sobre la importancia de los medios de difusión para el logro de objetivos comunes, y de allí el repunte no sólo de periódicos y emisoras radiales de tipo comunitario, sino también la creación de canales de televisión, con tal misión como la Televisora Cultural de Michelena (estado Táchira) y TV Llano.

Conformación de los Medios de Comunicación

La estructuralización de los medios de difusión masiva en Venezuela, especialmente los impresos, la radio y la televisión, encuentra en su pertenencia a grupos económicos establecidos (vinculados a otros medios, a instituciones financieras u otras actividades empresariales) un factor común que necesariamente filtra los mensajes transmitidos al público, y cuya máxima señal se evidencia en la publicidad: el canal promociona al diario de su mismo conglomerado comercial, o a otros productos de éste, la radio a la televisión; la prensa a la radio, etc.), de modo que se producen y reiteran constantemente idénticos mensajes que, como lógico resultado, van formando en el público criterios y opiniones dirigidas.

Por otra parte, se destaca el influjo y preponderancia de las informaciones procedentes de las agencias internacionales de noticias (para la prensa y la radio) y de los canales internacionales de televisión, así como los retos que plantean las nuevas tecnologías: la universalización del acceso a la información a través de las redes informáticas, entre ellas Internet (a nivel internacional), además de las herramientas como la multimedia y la realidad virtual. Es evidente la mejoría en la calidad de los programas informativos y de opinión gracias a la conexión a través de satélites (nos permite tener acceso al suceso («en vivo y directo»), a las nuevas tecnologías de comunicación y al mejoramiento de los profesionales del periodismo.

También se aprecia una mejoría en el renglón telenovelas, constituyendo un producto de exportación importante para la televisión. Pero esos rasgos apreciables en una parte de la programación no están acompañados de una mejor distribución horaria de ciertos y determinados contenidos, de una dosificación de los géneros violentos y de una inversión mayor por producir una televisión que resguarde los valores propios de identidad nacional y regional.

Entre la introducción de la prensa en Venezuela (1808) y los comienzos del cine (1897), transcurrieron casi 90 años. Entre el cine y la radio (1926) casi 30. Entre la radio y la televisión (1952) unos 26. Actualmente, estos 4 medios de comunicación social coexisten, sirviendo a un vasto público que suele utilizar con frecuencia, sobre todo en las grandes aglomeraciones urbanas, a varios de ellos alternativamente.

De una situación caracterizada por la ausencia total de medios de comunicación (hasta 1808) se pasó a la etapa del predominio exclusivo del medio impreso, la prensa, que necesariamente se hallaba orientada hacia un público relativamente elitesco, hasta entrado el siglo XX, tanto por ser un periodismo en gran parte político o de opinión como a causa de un elevado porcentaje de analfabetos en la población. Con la llegada del cine, poco a poco se va introduciendo el elemento audiovisual, que más tarde impone de un modo rotundo la televisión.

La radio que es el medio más fácil de captar, puede llegar prácticamente a todos los lugares, en casi todo momento y en cualquier circunstancia. El medio impreso se halla extendido en gran parte del territorio venezolano, con algunos periódicos de proyección nacional ubicados en la capital y en otras grandes urbes como Maracaibo, Valencia, Barquisimeto.

El cine es, de todos, el de alcance más limitado, y tiene un carácter urbano. La televisión hoy día es de carácter nacional y diversificada con la presencia de la televisión «central» y la televisión regional y constituye, tal como lo demuestran diversas investigaciones, el medio que ocupa el mayor tiempo libre de la gente. Ha habido, producto de la modernización -con sus bondades y desventajas, inclusive con sus desajustes de toda índole- una reducción del disfrute del espacio público para pasar a un recogimiento y privatización dentro del espacio privado y particular.

La oferta de los medios de comunicación social ha aumentado extraordinariamente y sigue creciendo. Ya no son solamente la prensa, la radio, el cine y la televisión. En estos momentos son los videojuegos interactivos, la recepción vía satélite, la expansión del videocassette y la computadora. ¿Qué nos depara el próximo milenio? Estamos pasando a otra etapa de la historia que algunos alcanzan a denominar como «postmoderna» y allí, y ahora mismo, los medios de comunicación configuran un tipo de sociedad totalmente distinta que se conoce con el término de Sociedad de la Comunicación o Sociedad de la Información. Es la sociedad de los medios de comunicación.

M.P.V./M.Bi./Y.P.

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Fuente: Este es un articulo en Español tomado del Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar

14 comentarios

  1. Esta muy bien su trabajo,espero que en unos años puedas extenderlo y mejorarlo como también sepas hacerlo llegar para su discusión y que tu experiencia sea de mano de Dios.

    Feliz año 2010 y que viva Venezuela y la consciencia de un mundo mejor y con futuro.

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  2. Muchas felicidades y muy bueno tu trabajo, espero que sigas creciendo y puedas siempre de la mano de DIOS. Con el tiempo quisiera que incluyeras los cambios registrados a partir de los años 98 y 99 e incluyeras un boceto de lo sucedido a rctv, ya que es de actualidad para tu tesis.

    Feliz año 2010 y que la honestidad y voluntad tuya y divina te resguarden.

    Atte Luis A.Cárdenas

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  3. hola, queria saber si me puedes ayudar a conseguir una pelicula que se llama el relicario de la abuelita de 1933, soy nieta de rosita hernandez, una interprete de la pelicula, ella esta proxima a cumplir 93 anos y me parece excelente regalo.
    Cualquier informacion, me la puedes enviar al correo arindacasanova@hotmail.com

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  4. Me he interesado el contenido, curso el primer semestre de comunicacion social por la UBV y me mandaron a hacer una linea de tiempo sobre los medios de comunicación en Venezuela según su aparición, tendré que sacar poco a poco la info de aquí por que no encuentro algo mas concreto como acá en otro lugar. La broma es desmembrar el desarrollo.

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  5. Hola! Al final de la bibliografía está esta línea «Fuente: Este es un articulo en Español tomado del Diccionario de Historia de Venezuela de la Fundación Polar». Como quiero citar este trabajo en un artículo académico necesito saber si es de tu autoría o si es del Diccionario de la Fundación Polar. Si es de la fundación polar, podrías darme los datos de la publicación para poder conseguirlo?

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